domingo, 11 de mayo de 2008

La calle Florida es la calle comercial más importante de Argentina. La peatonal, de lunes a viernes, esta repleta de gente, oficinistas, turistas, cartoneros, vendedores ambulantes… Trabajo en la calle Florida desde hace unos meses, me gusta caminar por esa calle y mirar todo lo que pasa, aunque se me hace complicado porque hay tanta pero tanta gente que no se ve nada, de todos modos hago un esfuerzo para poder caminar observando a las personas y a las situaciones abstrayéndome de tanta contaminación visual y auditiva.
_ ¡CAMBIO! ¡CAMBIO! Gritan desde las casas de cambio, ese grito ya me pone un poco nerviosa. Son un montón de hombres que gritan uno más fuerte que el otro. Ahí comienza la contaminación auditiva. Por otro lado están los volanteros que reparten publicidades de todo, voy caminado y en una cuadra llego a juntar mas o menos siete volantes, ¡Y ni hablar de la cantidad que puedo llegar a juntar caminando toda la extensión de la calle!
La gente va apurada me empujan todo el tiempo y eso también me pone bastante incómoda, tampoco hay para dónde avanzar así que solo me queda tolerar que me empujen.
Además están aquellos comerciantes que viven especialmente del turismo, como por ejemplo las casas de cuero, que al igual que las casas de cambio, tienen a un vendedor en la puerta acosando a los turistas. O los artistas callejeros que bailan tango o realizan espectáculos. Aunque creo que es un gran negocio y que de artistas no tienen mucho, más bien los veo como comerciantes.
Pero lo más llamativo es la mezcla de niveles sociales que hay en la peatonal. Personas de los más altos niveles económicos, vestidos con trajes y zapatos carísimos, que gastan mucha plata en desayunar, almorzar y merendar diariamente en caros restaurante. También están los turistas, la calle Florida es muy reconocida mundialmente por eso es un lugar que concentra una gran cantidad de turistas que compran y compran de todo, sweters, calzados, camperas, y muchas cosas más. A veces los observo y veo que, a diferencia de años anteriores, ya no caminan con sus cámaras de última tecnología a la vista, ahora veo que las mujeres agarran sus bolsos muy fuerte y le prestan tanta atención como cualquier argentino que sabe que la peatonal es un sitio sumamente propenso para el robo. Veo que no solo el dulce de leche nos hace famosos en todo el mundo.
Durante el día están hay otros artistas y otro tipo de comerciantes. Los vendedores ambulantes se ven a cada paso vendiendo los más diversos productos: saca pelusa para los pulóver, porta CD, controles remotos universales, etc. Están aquellos que venden estampitas, por ejemplo, en el nombre de alguna fundación.
A las 9 de la noche llega el momento de volver a mi casa, en la peatonal, ya casi vacía, solo quedan cartoneros y algún que otro policía, ya no hay mas ruido y el clima es un poco desolador.

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